El Hôtel Mansart le invita a descubrir esta joya arquitectónica de la capital, centro neurálgico de las grandes joyerías y lugar histórico creado por el rey Sol para simbolizar el esplendor de su reinado.
Situada entre el jardín de las Tullerías y la plaza de la Ópera, es una de las cinco plazas reales de la capital edificada por el arquitecto Jules-Hardouin Mansart. En el centro se eleva la columna Vendôme.
La plaza Vendôme es una de las cinco plazas reales de la capital, junto con las de la Victoria, la Concordia, la del Delfín y la de los Vosgos. Surgida del deseo del rey Luis XIV de mostrar la magnificencia de su reinado, fue realizada a partir de 1699 por el arquitecto de de Versailles Jules Hardouin Mansart, en colaboración con el ministro de finanzas Louvois. En el centro se alzaba una estaua ecuestre del soberano. La estatua fue destruida en la Revolución Francesa. Napoleón la reemplazó por la columna Vendôme, de la que hoy se puede ver una copia, que celebraba la gloria del Gran Ejército después de la victoria de Austerlitz en 1805. En lo alto se alza la estatua del emperador. La columna fue destruida durante los episodios de la Comuna de París, y Gustave Courbet, acusado de haberla destruida, fue obligado a pagar los gastos. En nuestros días, la plaza está ocupada por las grandes casas de joyería y los grandes bancos, siguiendo la estela del banquero John Law, que se instaló aquí en 1718.
Esta famosa plaza alberga las casas de joyería más importantes, y recuerda a un diamante tallado, con su estructura cuadrada y sus ángulos cortados. Tanto de día como de noche, la plaza es una verdadera joya arquitectónica, con sus candelabros y farolas de época. Bajo el Segundo Imperio, el Hôtel Mansart, situado en la esquina de la plaza Vendôme, fue la residencia del joyero Alexandre-Gabriel Lemonier, que contribuyó a que los joyeros se instalaran en la plaza y sus alrededores. Entra las marcas más prestigiosas, están: Chaumet, Dior, Bulgari, Boucheron, Chanel, Fred, Poiray, Mauboussin, Van Cleef y Arpels. Las casas de alta joyería, como la boutique Cartier, se extienden por la calle de la Paix, que conecta la plaza Vendôme con la Ópera Garnier.