Todos los días de 12:00 a 00:30.
El Hôtel Mansart le invita a descubrir a la compañía más antigua del mundo en activo, y la efervescencia del mundo del espectáculo, simbolizado por una colmena, el emblema de esta institución
La Comédie Française reúne la sala Richelieu, el teatro del Vieux-Colombier y el estudio teatro del Carrusel del Louvre. Creada hace 335 años, sigue representando piezas clásicas, pero también contemporáneas, todas ellas de gran calidad.
En sus orígenes, Molière dirigía una compañía de comediantes del palacio Real que rivalizaba con otras dos compañías: la del Marais y la del Hôtel de Bourgogne. Tras la muerte del famoso dramaturgo, sus comediantes se unieron con los del Marais, y en 1680, el rey decretó la fundación de una compañía única que adoptaría el nombre de "Comédiens du Roy" (Comediantes del Rey), y luego el de "Comédie Française" (Comedia Francesa), para diferenciarse de los comediantes italianos. El lema de la institución es "simu et singulis", ("juntos y de forma individual") su enseña es la abeja asociada a una colmena, símbolo de la riqueza cultural del lugar.
En aquella época, las obras eran representadas por 27 comediantes, todos ellos seleccionados por el soberano. El programa incluía obras de Corneille, Racine o Molière, interpretadas por Armande de Béjart, La Grange, Du Croisy, etc. Durante la Revolución Francesa, la compañía se disolvió, y a partir de 1799 los comediantes franceses se instalaron en el Teatro Francés de la República de la calle Richelieu. Napoleón creó un nuevo estatus. Los miembros pasan a llamarse "sociétaires" (socios). La programación se amplió con obras románticas de Alfred de Vigny, Victor Hugo o Alexandre Dumas. Luego, llegó el auge de la "comedia burguesa" con actores como Sarah Bernardt y escritores como Banville, Ponsard o Augier.
En la actualidad, la Comédie française se distribuye en 3 salas: la sala Richelieu, el sitio histórico de la Comédie française, el teatro del vieux-colombier y el studio-théâtre en la galería del Carrusel del Louvre.
La originalidad del museo consiste en recorrer el todo el teatro y descubrir su rica colección, a solo 10 minutos a pie del Hôtel Mansart. En total hay 360 pinturas y 27 esculturas que recorren la historia del lugar y de la compañía. La galería de bustos inmortaliza a los principales autores. El vestíbulo de los artistas, por su parte, está adornado de cuadros: el retrato de Molière por Mignard, el de Talma por Delacroix. La obra principal sigue siendo el famoso sillón en el que Molière representó por última vez El enfermo imaginario, antes de morir.